El Salmo 90 es una profunda reflexión sobre la brevedad de la vida humana y la eternidad de Dios. Comienza con una declaración de que Dios es nuestro refugio y hogar a lo largo de las generaciones. A lo largo del salmo, se enfatiza la fragilidad de la vida, donde se menciona que los días del hombre son como hierba que florece y se marchita. La imagen de la vida efímera resalta la necesidad de vivir con sabiduría y propósito. El salmista clama a Dios por compasión y pide que le enseñe a contar sus días para que adquiera un corazón sabio. Este salmo culmina en una súplica por la restauración y la bendición de Dios sobre Su pueblo, deseando que Su gloria se manifieste en sus vidas. Este salmo invita a los creyentes a reflexionar sobre la brevedad de la vida y a confiar en Dios, quien es eterno y ofrece esperanza en medio de la incertidumbre.
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