El Salmo 117 es el salmo más corto de toda la Biblia, pero su mensaje es poderoso y universal. Comienza con un llamado a las naciones y a los pueblos a alabar al Señor, destacando la grandeza de Su amor y Su fidelidad. La invitación a adorar a Dios resalta la idea de que Su misericordia se extiende a todos, sin importar su origen. Este salmo es un recordatorio de que la adoración a Dios debe ser universal, ya que Él es el Rey de toda la tierra. La culminación del salmo es una celebración de la bondad de Dios, que perdura para siempre. Este salmo invita a los creyentes a unirse en alabanza y a reconocer la misericordia de Dios que abarca a todas las naciones.
Salmos capítulo 117
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