Noé es una figura fundamental en la Biblia, conocido por su rectitud y obediencia a Dios, lo que lo lleva a preservar la vida a través del arca durante el Gran Diluvio. A los 500 años, Noé se convierte en padre de Sem, Cam y Jafet, marcando un momento significativo en la cronología bíblica. Estos tres hijos son cruciales, ya que se les considera los progenitores de la raza humana después del diluvio, cada uno asociado tradicionalmente con diferentes regiones y pueblos.
La mención de la edad de Noé ilustra las extraordinarias longevidades registradas en los primeros capítulos de Génesis, una característica del mundo antediluviano. Esta longevidad se interpreta a menudo como un símbolo de una era diferente en la historia humana, más cercana a la creación original. El nacimiento de los hijos de Noé no solo es un evento familiar, sino un punto crucial en el plan de Dios para la humanidad. Prepara el escenario para la narrativa del diluvio, donde la fe y obediencia de Noé se convierten en temas centrales, y resalta la continuidad de la relación de pacto de Dios con la humanidad, que se desarrollará aún más a través de los descendientes de Noé.