En la narrativa de la familia de Jacob, Lea, quien es una de las esposas de Jacob, busca aumentar su número de hijos al darle a su sierva Zilpa a Jacob como esposa. Esta práctica no era inusual en las culturas antiguas, donde el estatus y la seguridad de una esposa a menudo estaban ligados a su capacidad para producir herederos. Al permitir que Zilpa tuviera hijos, Lea podía reclamarlos como propios, mejorando así su posición dentro de la familia.
Este evento es parte de una historia más amplia de rivalidad y competencia entre Lea y su hermana Raquel, la otra esposa de Jacob. Ambas mujeres luchan por el afecto de Jacob y el honor de darle hijos. El nacimiento del hijo de Zilpa es otro paso en el cumplimiento de la promesa de Dios a Jacob de hacer que sus descendientes sean tan numerosos como las estrellas. A pesar de las imperfecciones y conflictos humanos, el plan de Dios sigue avanzando, utilizando las circunstancias y decisiones de las personas para cumplir propósitos divinos. Esta historia invita a reflexionar sobre cómo Dios puede obrar a través de situaciones humanas complejas y desafiantes para llevar a cabo Su voluntad.