La carta a los Efesios comienza con una profunda declaración de alabanza a Dios por las bendiciones espirituales en Cristo. Pablo, el autor, se dirige a la iglesia en Éfeso, recordándoles su elección antes de la fundación del mundo y la redención a través de la sangre de Cristo. Este capítulo establece el tono de la carta, enfatizando la gracia y la misericordia de Dios. Pablo explica que los creyentes son adoptados como hijos de Dios y que han sido sellados con el Espíritu Santo, quien es la garantía de su herencia. La oración de Pablo por los efesios destaca su deseo de que comprendan la esperanza a la que han sido llamados y la grandeza de su poder. Este capítulo no solo es un recordatorio de la identidad cristiana, sino que también invita a los lectores a reflexionar sobre la profundidad del amor de Dios y su plan redentor a través de Jesucristo.
Efesios capítulo 1
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