Rehoboam, hijo y sucesor de Salomón, se enfrentó a un reino dividido tras la separación de las tribus del norte. En respuesta, se centró en fortificar ciudades en Judá para proteger su dominio. Entre estas ubicaciones estratégicas se encontraban Belén, Etam y Tecoa. Este movimiento resalta la importancia de la preparación y la defensa en el liderazgo. Al fortalecer estas ciudades, Rehoboam buscaba salvaguardar a su pueblo y mantener su autoridad. Esta acción nos recuerda la necesidad de tener previsión y planificación para asegurar la estabilidad y la seguridad. En un sentido más amplio, puede verse como una metáfora para construir una base sólida en nuestras vidas, enfatizando la necesidad de sabiduría y planificación cuidadosa en nuestros viajes personales y espirituales. Así como Rehoboam fortificó sus ciudades, se nos anima a fortalecer nuestras vidas con fe, sabiduría y resiliencia, preparándonos para los desafíos que puedan surgir. Esta historia también nos recuerda la importancia del pensamiento estratégico y el papel del liderazgo en guiar y proteger a quienes están bajo nuestro cuidado.
Y edificó ciudades fortificadas en Judá, y puso príncipes en ellas, y almacenó víveres, y hizo escudos y lanzas en abundancia.
2 Crónicas 11:6
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