Las visiones de Zacarías comienzan en un contexto de desánimo y reconstrucción. Después del exilio babilónico, el pueblo de Israel regresa a su tierra, pero enfrenta grandes desafíos. En este primer capítulo, Zacarías, el profeta, recibe una serie de visiones que revelan el corazón de Dios hacia su pueblo. A través de un ángel, se le muestra que Dios está celoso por Jerusalén y que ha decidido restaurar la ciudad y su templo. Las imágenes de caballos y jinetes simbolizan la vigilancia de Dios sobre las naciones y su intervención en la historia. Este capítulo establece un tono de esperanza y promesa, enfatizando que, a pesar de las dificultades, Dios está comprometido con la redención de Israel y la restauración de su gloria.
Zacarías capítulo 1
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