En el segundo capítulo del Cantar de los Cantares, la amada continúa su celebración del amor. Se presenta como una flor en el valle, enfatizando su belleza y fragilidad. "Yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles" (Cantar 2:1). Este simbolismo resalta la singularidad de su amor y la pureza de su deseo. La amada anhela la presencia del amado, deseando que él venga a su encuentro. A medida que el capítulo avanza, se describe la alegría de estar juntos, así como la intensidad del deseo que sienten el uno por el otro. La metáfora de la naturaleza se utiliza para ilustrar la belleza y la frescura del amor, mientras que el amado es presentado como un protector y un refugio. Este capítulo profundiza en la experiencia del amor romántico, mostrando cómo el deseo y la intimidad se entrelazan en una danza poética.
Cantar de los Cantares capítulo 2
- Cantar de los Cantares 2:1
- Cantar de los Cantares 2:2
- Cantar de los Cantares 2:3
- Cantar de los Cantares 2:4
- Cantar de los Cantares 2:5
- Cantar de los Cantares 2:6
- Cantar de los Cantares 2:7
- Cantar de los Cantares 2:8
- Cantar de los Cantares 2:9
- Cantar de los Cantares 2:10
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