En una noche llena de esperanza y valentía, se desarrolla un plan audaz en la era de trilla. Noemí, reconociendo que Booz es un pariente redentor, instruye a Rut sobre cómo acercarse a él. Con un cuidadoso arreglo, Rut se presenta ante Booz mientras él duerme, pidiéndole que extienda su manto sobre ella, un símbolo de protección y una solicitud de redención. Booz, impresionado por la nobleza de Rut y su lealtad a Noemí, responde con generosidad y promesas. Sin embargo, también menciona que hay un pariente más cercano que tiene el primer derecho de redención. Este capítulo resalta temas de confianza, integridad y el delicado equilibrio entre la iniciativa humana y la providencia divina en la búsqueda de la redención.
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