En el capítulo 10, Juan encuentra a un ángel poderoso que desciende del cielo con un pequeño rollo en su mano. Este ángel, que representa la autoridad de Dios, proclama un mensaje de juicio y esperanza. Juan recibe instrucciones para tomar el rollo y comerlo, simbolizando la asimilación del mensaje divino. Al hacerlo, el rollo es dulce en su boca pero amargo en su estómago, reflejando la dualidad del mensaje de Dios: la alegría de la salvación y la seriedad del juicio. Este capítulo subraya la importancia de recibir y compartir la Palabra de Dios, recordando a los creyentes que el mensaje del evangelio es tanto un regalo como una responsabilidad.
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