El Salmo 88 es uno de los lamentos más profundos y oscuros de la colección de salmos, donde el salmista expresa su angustia y sufrimiento. Comienza con un clamor a Dios, pidiendo que escuche su oración y que no lo abandone en su dolor. A lo largo del salmo, el salmista describe su estado de desesperación, sintiéndose como si estuviera en el abismo y rodeado de tinieblas. Sin embargo, a pesar de la oscuridad que lo rodea, el salmista continúa clamando a Dios, reconociendo que solo Él puede proporcionar la salvación. Este salmo culmina en una súplica desesperada por ayuda, donde el salmista se siente completamente solo en su dolor. Este salmo invita a los creyentes a ser honestos con sus luchas y a clamar a Dios en tiempos de angustia, recordando que Él escucha y está presente en medio del sufrimiento.
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