El Salmo 86 es una profunda súplica de David que clama a Dios por misericordia y ayuda en medio de su angustia. Comienza con un llamado a Dios para que escuche su oración y preste atención a su clamor. A lo largo del salmo, David expresa su confianza en la bondad y la fidelidad de Dios, recordando que Él es compasivo y lleno de amor. La imagen de clamar a Dios en el día de la angustia resalta la necesidad de la intervención divina. Este salmo también incluye una afirmación de que no hay otro como Dios, quien es digno de alabanza y adoración. La culminación del salmo es un llamado a que Dios lo fortalezca y lo guíe en su camino, asegurando que su vida esté alineada con Su voluntad. Este salmo invita a los creyentes a buscar la misericordia de Dios en momentos de dificultad, confiando en que Él escucha y responde a las súplicas de aquellos que se refugian en Él.
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