La historia de las hijas de Zelofehad es un momento significativo en la historia bíblica, que ilustra un cambio hacia una mayor equidad y justicia. Estas cinco hermanas, Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirza, pertenecían a la tribu de Manasés, uno de los hijos de José. En una sociedad patriarcal donde la herencia se transmitía tradicionalmente a través de los descendientes masculinos, estas mujeres se acercaron valientemente a Moisés y a los líderes de Israel para solicitar la herencia de su padre, ya que él no tenía hijos. Su valentía e iniciativa llevaron a un cambio en las leyes de herencia, permitiendo que las hijas heredaran si no había hijos varones.
Este relato subraya la importancia de la justicia y la equidad en la comunidad de Dios. Muestra que las leyes de Dios no son estáticas, sino que pueden adaptarse para asegurar que todos sus hijos sean tratados con equidad. La historia de las hijas anima a los creyentes a abogar por la justicia y a confiar en que Dios valora la contribución de cada persona a su comunidad. También sirve como un recordatorio de que Dios escucha los clamores de aquellos que buscan la rectitud y la equidad, asegurando que su amor y justicia se extiendan a todos.