Oseas, más conocido como Josué, era miembro de la tribu de Efraín y fue elegido para ser uno de los doce espías enviados por Moisés a explorar la tierra de Canaán. Esta selección es significativa porque marca el inicio del papel destacado de Josué en la historia de Israel. La tribu de Efraín, de la que proviene Josué, es una de las tribus descendientes de José, un patriarca clave en la historia de Israel. Esta conexión subraya el cumplimiento de las promesas de Dios a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob.
La participación de Josué como espía es un precursor de su futuro papel de liderazgo. Es conocido por su fidelidad y confianza en las promesas de Dios, lo cual se hace evidente cuando, junto con Caleb, trae un informe positivo sobre la tierra, animando a los israelitas a confiar en el poder de Dios para liberarlos. Este momento establece el escenario para el eventual liderazgo de Josué en la guía de los israelitas hacia la Tierra Prometida, demostrando su valentía y dependencia de Dios. Su historia es un testimonio de la importancia de la fe y la obediencia en el camino de la fe.