Las amenazas de los enemigos de Jerusalén se intensifican, pero Nehemías no se deja intimidar. Este capítulo revela cómo, a pesar de la oposición abierta de Sambalá y sus aliados, Nehemías motiva al pueblo a mantenerse enfocado en su tarea. Consciente del peligro, organiza a los trabajadores, armándolos con espadas y lanzas mientras continúan la reconstrucción. La estrategia de Nehemías es clara: la oración y la acción deben ir de la mano. Este capítulo resalta la importancia de la fe en tiempos de crisis y la necesidad de estar preparados para la batalla espiritual. A través de la unidad y la vigilancia, el pueblo de Jerusalén demuestra que, aunque enfrentan adversidades, su determinación y confianza en Dios son más fuertes que cualquier amenaza externa.
Nehemías capítulo 4
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