En el entorno íntimo de la Última Cena, Jesús revela a sus discípulos que uno de ellos lo traicionará. Esta revelación provoca una mezcla de emociones y dudas entre los discípulos. Judas, quien ya ha hecho arreglos para traicionar a Jesús por treinta piezas de plata, cuestiona a Jesús, quizás por culpa o para mantener su fachada ante los demás. La respuesta de Jesús, "Tú lo has dicho", es un reconocimiento matizado del papel de Judas en los eventos venideros. Esta interacción subraya la tensión entre el preconocimiento divino y la libre voluntad humana. Jesús sabe lo que está por venir, pero no impide que Judas tome su decisión.
Este momento es un recordatorio conmovedor de las complejidades de la naturaleza humana y el potencial de traición incluso entre compañeros cercanos. Invita a reflexionar sobre la importancia de la autoconciencia, la honestidad y el valor de confrontar nuestras propias debilidades. La calma de Jesús ante la traición refleja su profunda comprensión de su misión y su aceptación del camino que tiene por delante. Es un testimonio de su compromiso inquebrantable de cumplir su propósito, a pesar del costo personal.