El nacimiento de Jesús en Belén es un evento fundamental en la tradición cristiana, cumpliendo profecías del Antiguo Testamento sobre los orígenes del Mesías. Belén, un pequeño pueblo en Judea, es significativo como la ciudad de David, conectando a Jesús con la línea del rey David, un aspecto importante de la profecía mesiánica. La época del rey Herodes se refiere a un período de tensión política y agitación, ya que Herodes era un gobernante conocido por su paranoia y su reinado tiránico.
Los magos, a menudo llamados sabios o reyes, eran probablemente eruditos o astrólogos de regiones como Persia o Babilonia. Su viaje desde el este a Jerusalén subraya la anticipación generalizada de un nuevo rey, sugiriendo que el nacimiento de Jesús tenía implicaciones mucho más allá de la comunidad judía. La búsqueda de los magos simboliza una búsqueda universal de la verdad y la iluminación, con Jesús representando el cumplimiento de la promesa divina y la esperanza para todas las personas. Esta narrativa destaca la inclusividad del mensaje y la misión de Jesús, invitando a individuos de todos los ámbitos de la vida a buscar y reconocer su importancia.