En este capítulo, Jesús aborda el tema del matrimonio y el divorcio, desafiando las interpretaciones laxas de la ley. Cuando los fariseos le preguntan si es lícito divorciarse por cualquier causa, Jesús responde que el matrimonio es un pacto sagrado instituido por Dios, y que el divorcio solo es permitido en caso de infidelidad. Su enseñanza resalta la importancia de la fidelidad y el compromiso en las relaciones. Luego, Jesús también habla sobre el desafío de la riqueza, advirtiendo que es difícil para un rico entrar en el Reino de los Cielos. Los discípulos, sorprendidos, preguntan quién puede ser salvo, y Jesús les asegura que lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Este capítulo subraya la seriedad del matrimonio y la necesidad de priorizar el Reino de Dios sobre las posesiones materiales.
Mateo capítulo 19
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