Mateo 1:16 concluye la genealogía de Jesús, trazando su linaje a través de José, el esposo de María. Esta genealogía es significativa porque establece el derecho legal de Jesús al trono de David, cumpliendo las profecías que decían que el Mesías vendría de la línea de David. Aunque José no es el padre biológico de Jesús, su papel como esposo de María es crucial en la tradición judía, ya que legalmente coloca a Jesús dentro de la línea davídica. Este versículo también resalta la importancia de María, quien es la madre de Jesús, llamado el Mesías. Al mencionar tanto a José como a María, el versículo une las profecías del Antiguo Testamento con el cumplimiento en el Nuevo Testamento, enfatizando la doble naturaleza de Jesús como completamente humano y completamente divino. La genealogía sirve como un recordatorio de la fidelidad de Dios al cumplir sus promesas y prepara el escenario para la narrativa de la vida y el ministerio de Jesús, que trae esperanza y salvación a toda la humanidad.
La conexión de Jesús con la línea de David no solo es un detalle histórico, sino que también resalta el plan divino que se ha desarrollado a lo largo de los siglos, mostrando cómo Dios ha guiado la historia para cumplir su propósito de redención.