Jesús a menudo utilizaba esta frase para subrayar la importancia de prestar atención a sus enseñanzas. Es un llamado a la atención espiritual y a la disposición para recibir la sabiduría divina. En un mundo lleno de distracciones, escuchar verdaderamente requiere concentración y una voluntad de entender y aplicar lo que se escucha. Esta declaración anima a los creyentes a ir más allá de una escucha superficial y a involucrarse profundamente con el mensaje del Evangelio.
El llamado a "oír" es una invitación a abrir el corazón y la mente al poder transformador de las palabras de Jesús. Implica una responsabilidad de no solo escuchar, sino también reflexionar y actuar según las enseñanzas. Esta apertura a la palabra de Dios puede llevar a un crecimiento personal y espiritual, permitiendo a los creyentes vivir más plenamente de acuerdo con Su voluntad. Al enfatizar la necesidad de escuchar, Jesús destaca la importancia de ser receptivos a las verdades espirituales que pueden guiarnos en nuestra vida diaria.