En el tercer capítulo, se establece un patrón que se repetirá a lo largo del libro de Jueces: el ciclo de pecado, opresión, clamor y liberación. Dios, en Su misericordia, levanta jueces para rescatar a Su pueblo de la opresión de sus enemigos. Otoniel, el primer juez, libera a Israel de la mano de Cusán-risataim, mientras que Ehud, un benjamita, se convierte en un héroe al asesinar al rey moabita Eglón, liberando a Israel de su yugo. Shamgar también es mencionado como un juez que derrota a los filisteos. Estos relatos no solo destacan la intervención divina en momentos de crisis, sino que también muestran la importancia del liderazgo y la valentía en la historia de Israel. Este capítulo resalta cómo Dios utiliza a hombres y mujeres comunes para cumplir Sus propósitos y restaurar a Su pueblo.
Jueces capítulo 3
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