Los discípulos están confundidos por el mensaje enigmático de Jesús sobre su partida y regreso. Jesús habla de su próxima muerte, resurrección y ascensión. Cuando dice: "En un poco, ya no me veréis", se refiere a su inminente crucifixión, donde será separado de ellos. "Luego, en un poco, me veréis" apunta a su resurrección, cuando se les aparecerá nuevamente, trayendo alegría y confirmación de su victoria sobre la muerte.
La frase "porque voy al Padre" indica la ascensión de Jesús, donde regresa a su gloria divina y completa su misión terrenal. Esta transición marca el comienzo de una nueva era en la que el Espíritu Santo será enviado para guiar y consolar a los discípulos en la ausencia física de Jesús. Este pasaje anima a los creyentes a confiar en el plan divino, incluso cuando no se comprende completamente, y a aferrarse a la esperanza y la seguridad de la continua presencia de Jesús a través del Espíritu. Asegura a los cristianos que los períodos de confusión o tristeza a menudo son seguidos de claridad y alegría en el tiempo de Dios.