En este versículo, Jesús se refiere al cumplimiento de la profecía, indicando que el odio que experimentó estaba predicho en las escrituras. Esta afirmación subraya la realidad de que Jesús, a pesar de su mensaje de amor y redención, enfrentó un odio irracional e injusto. La referencia a 'su Ley' apunta a las escrituras judías, específicamente a los Salmos, que contienen expresiones similares de ser odiados sin causa.
Para los cristianos, este versículo sirve como un recordatorio de las pruebas que Jesús soportó y el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías. Destaca el hecho de que seguir a Jesús puede llevar a enfrentar oposición o malentendidos. Se anima a los creyentes a mantenerse firmes en su fe, incluso cuando se enfrentan a la hostilidad. Este versículo también llama a los cristianos a responder al odio con amor, paciencia y perdón, emulando el ejemplo que dio Jesús. Asegura a los creyentes que no están solos en sus luchas, ya que Jesús mismo experimentó desafíos similares.