Elihu continúa su discurso, enfatizando la grandeza y el poder de Dios. Describe cómo Dios controla la naturaleza y cómo su justicia se manifiesta en el mundo. Elihu asegura que Dios es justo y misericordioso, y que su propósito es guiar a la humanidad hacia la rectitud. Este capítulo resalta la importancia de reconocer la soberanía de Dios y su capacidad para actuar en el mundo. La exaltación de Elihu sobre la grandeza de Dios invita a los lectores a reflexionar sobre su propia relación con lo divino y la confianza en la justicia y la misericordia de Dios, incluso en tiempos de sufrimiento.
Job capítulo 36
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