El quinto capítulo de Isaías se presenta como una poderosa parábola que ilustra el fracaso de Israel en cumplir con su propósito divino. A través de la imagen de una viña cuidadosamente cultivada, el profeta describe cómo Dios ha hecho todo lo posible para que su pueblo produzca frutos de justicia y rectitud. Sin embargo, en lugar de uvas buenas, la viña ha dado frutos amargos, simbolizando la injusticia y la opresión que han prevalecido en la sociedad. Isaías expresa la tristeza de Dios ante esta traición, y a través de esta alegoría, se revela la inevitabilidad del juicio divino. El capítulo concluye con una serie de advertencias sobre las consecuencias de la desobediencia, instando a la nación a reflexionar sobre su camino y a volver a Dios. Esta parábola resuena con la llamada a la responsabilidad y la acción, recordando a los creyentes que su vida debe dar testimonio de la justicia y la bondad de Dios.
Isaías capítulo 5
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