Los hijos de Isacar—Tola, Fua, Jasub y Simrón—se mencionan como parte del registro genealógico en el Génesis. Esta genealogía es crucial para entender la formación de las tribus de Israel, cada una nombrada en honor a los hijos y nietos de Jacob. Estos nombres no son solo una lista; representan el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham de convertir a sus descendientes en una gran nación. La mención de los hijos de Isacar subraya la importancia de la familia y la línea de descendencia en el contexto bíblico, recordándonos la continuidad del pacto de Dios a través de las generaciones.
Los hijos de Isacar eventualmente formarían una de las doce tribus de Israel, conocidas por su sabiduría y entendimiento de los tiempos, como se señala en textos bíblicos posteriores. Este versículo, aunque aparentemente simple, es parte de un tapiz más grande que ilustra el desarrollo del plan de Dios para Su pueblo. Destaca la importancia de cada miembro de la familia en la narrativa más amplia de la historia de Israel y la relación continua de Dios con Su pueblo elegido.