El regreso de Rubén a la cisterna para encontrar a José ausente es un momento crucial en la historia de José y sus hermanos. Rubén había intervenido inicialmente para evitar que sus hermanos mataran a José, sugiriendo en su lugar que lo arrojaran a una cisterna, con la intención de rescatarlo más tarde. Su plan era proteger a José y devolverlo a su padre, Jacob. Sin embargo, al encontrar la cisterna vacía, el acto de Rubén de rasgarse las vestiduras significa una profunda angustia y un sentido de fracaso. Este gesto era un signo tradicional de duelo y desesperación en las culturas antiguas, indicando la profundidad de su tormento emocional.
La angustia de Rubén también subraya las complejas dinámicas familiares en juego. Como el hijo mayor, sentía una responsabilidad hacia sus hermanos menores y sus acciones. Su incapacidad para salvar a José refleja los temas más amplios de la rivalidad entre hermanos y las consecuencias no intencionadas de los celos y el engaño. Esta parte de la narrativa invita a reflexionar sobre la importancia de asumir la responsabilidad por nuestras acciones y el impacto que estas pueden tener en la familia y las relaciones. Sirve como un recordatorio de la necesidad de compasión, integridad y el valor de defender lo que es correcto, incluso en situaciones difíciles.