El quinto capítulo de Gálatas es una exhortación a vivir en la libertad del Espíritu. Pablo comienza afirmando que Cristo nos ha liberado para que no volvamos a la esclavitud de la ley. En este contexto, enfatiza la importancia de vivir por el Espíritu, lo que implica una vida que refleja el carácter de Cristo. Pablo presenta una lista de las obras de la carne, contrastándolas con los frutos del Espíritu, que son amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Este capítulo es crucial para entender cómo la vida cristiana se manifiesta a través de la acción del Espíritu Santo en la vida del creyente. Pablo concluye instando a los gálatas a no ser vanidosos ni a provocarse unos a otros, sino a llevar las cargas de los demás, cumpliendo así la ley de Cristo, que es el amor.
Gálatas capítulo 5
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