En el segundo capítulo de Gálatas, Pablo narra su viaje a Jerusalén, donde se reunió con los apóstoles para discutir la naturaleza del evangelio que predicaba. Este encuentro es crucial, ya que Pablo busca validar su mensaje y asegurar que no está en desacuerdo con los líderes de la iglesia. Durante esta reunión, Pablo defiende la libertad del evangelio, enfatizando que la salvación es por gracia a través de la fe, no por obras de la ley. Un momento significativo ocurre cuando Pablo confronta a Pedro por su hipocresía al apartarse de los gentiles por temor a los judaizantes. Este capítulo resalta la lucha por la verdad del evangelio y la importancia de vivir de acuerdo con la libertad que Cristo ofrece, sin caer en el legalismo que busca restringir la gracia.
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