En este pasaje, los ancianos judíos están comprometidos en la reconstrucción del templo a pesar de enfrentar oposición de las autoridades locales. La frase "los ojos de su Dios estaban sobre" significa protección y guía divina. Sugiere que Dios está activamente involucrado en la vida de Su pueblo, supervisando sus acciones y asegurando su seguridad. Esta supervisión divina evita que el trabajo se detenga prematuramente, permitiendo que los ancianos continúen hasta recibir más instrucciones del rey Darío.
Este versículo sirve como un recordatorio de la soberanía de Dios y Su capacidad para intervenir en los asuntos humanos. Anima a los creyentes a confiar en el tiempo de Dios y en Sus planes, incluso cuando se enfrentan a obstáculos. La certeza de que Dios está observando a Su pueblo brinda consuelo y fortaleza, reforzando la idea de que la fe y la perseverancia son recompensadas. También destaca la importancia de buscar la guía divina y ser pacientes ante la respuesta de Dios, ya que Sus planes se desarrollan en Su perfecto tiempo.