En la construcción del Tabernáculo, el velo desempeña un papel crucial al demarcar el espacio sagrado. La instrucción de colgar el velo de los ganchos y colocar el Arca de la Alianza detrás de él establece un límite claro entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Este último, o Santo de los Santos, es el área más interna y sagrada, donde reside el Arca de la Alianza. Esta Arca simboliza el pacto de Dios con Su pueblo y representa Su presencia divina entre ellos.
El velo actúa como una barrera, significando la separación entre Dios y la humanidad debido al pecado. Solo el sumo sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo, y solo una vez al año en el Día de la Expiación, simbolizando la necesidad de mediación y expiación por los pecados. Esta disposición refleja la reverencia y la santidad asociadas con la presencia de Dios, recordando a los creyentes la importancia de la pureza y la santidad en la adoración. El papel del velo es un presagio del Nuevo Testamento, donde el rasgarse del velo del templo en la crucifixión de Jesús significa la eliminación de las barreras entre Dios y la humanidad, ofreciendo acceso directo a Dios a través de Cristo.