Los Diez Mandamientos, entregados por Dios a Moisés en el monte Sinaí, constituyen la base moral y espiritual de la vida israelita. En medio de un ambiente de temor y reverencia, Dios proclama estos principios fundamentales que guiarán la relación del pueblo con Él y entre ellos. Los mandamientos abarcan aspectos esenciales como la adoración exclusiva a Dios, el respeto por la vida, la familia y la propiedad ajena. Este capítulo no solo establece normas éticas, sino que también revela el carácter de Dios como Santo y Justo. La entrega de la Ley es un momento de gran importancia, ya que define la identidad del pueblo de Israel como nación elegida y establece un pacto que los unirá en su relación con Dios.
Éxodo capítulo 20
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