Moisés, después de huir de Egipto debido al conflicto con un capataz egipcio, encuentra refugio en Madián. Allí se casa con Séfora, la hija de Jetro, un sacerdote de Madián. El nacimiento de su hijo Gersón es un momento crucial para Moisés, simbolizando su nueva vida en una tierra extranjera. El nombre Gersón, que significa "forastero allí", refleja el sentido de desubicación de Moisés y la realidad de vivir lejos de su pueblo y su hogar.
Este sentimiento de ser un extraño es una experiencia humana común, especialmente para aquellos que se han mudado a nuevos lugares o han enfrentado cambios importantes en la vida. La historia de Moisés nos anima a abrazar nuevos comienzos y encontrar significado incluso cuando nos sentimos fuera de lugar. También anticipa el eventual regreso de Moisés a Egipto, donde liderará a los israelitas fuera de la esclavitud. Su tiempo en Madián es un período de preparación y crecimiento, ilustrando cómo Dios puede usar nuestras experiencias en entornos extranjeros o desafiantes para moldear nuestro futuro. Esta narrativa invita a la reflexión sobre cómo navegamos nuestras propias travesías y encontramos pertenencia dondequiera que estemos.