En este versículo, se expresa una profunda alegría y esperanza que surge de la relación con Dios. Se describe el corazón como alegre, lo que indica una sensación interna de felicidad y plenitud. Esta alegría es tan intensa que se manifiesta en el habla, ya que la lengua se regocija. El cuerpo también encuentra descanso en la esperanza, sugiriendo una paz holística que abarca tanto los aspectos espirituales como físicos de la vida. Este versículo refleja la seguridad que proviene de confiar en las promesas y la presencia de Dios. Anima a los creyentes a vivir con un sentido de esperanza y alegría, sabiendo que Dios es fiel y que Sus promesas son verdaderas. El versículo forma parte de un contexto más amplio donde Pedro cita los Salmos, enfatizando la continuidad de la fidelidad de Dios a lo largo de las Escrituras. Sirve como un recordatorio de que la verdadera alegría y paz se encuentran en confiar en Dios, y esta confianza conduce a una vida de esperanza y satisfacción, independientemente de las circunstancias. El mensaje es universal, animando a todos los creyentes a encontrar su descanso y alegría en la esperanza que Dios proporciona.
Por eso mi corazón se alegró, Y se gozó mi lengua; Y aun mi carne descansará en esperanza.
Hechos 2:26
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