En el relato de los siete hijos de Esceva, estos individuos intentaban expulsar espíritus malignos usando el nombre de Jesús, del cual hablaba Pablo. No eran creyentes en Jesús, pero observaron el poder que Pablo ejercía a través de Él y trataron de aprovecharlo para sus propios fines. Este incidente subraya la importancia de tener una fe genuina y un entendimiento claro al participar en prácticas espirituales. Los hijos de Esceva intentaban usar el nombre de Jesús como una especie de encantamiento mágico sin tener una verdadera relación con Él, lo que finalmente llevó a su fracaso y humillación.
Esta historia actúa como una advertencia sobre los peligros de utilizar el poder espiritual sin una creencia o entendimiento auténtico. Nos recuerda que el poder de Jesús no debe tomarse a la ligera ni usarse para beneficio personal. En cambio, es un regalo sagrado destinado a aquellos que realmente lo siguen y creen en Él. La narrativa anima a los creyentes a profundizar su fe y relación con Jesús, comprendiendo que la verdadera autoridad espiritual proviene de una fe sincera y comprometida.