En este pasaje, Pablo se dirige a la iglesia de Corinto sobre su compromiso de recaudar fondos para los creyentes empobrecidos en Jerusalén. Menciona a Tito, quien ya había comenzado esta obra entre ellos, y lo insta a llevarla a cabo hasta su finalización. Este acto de gracia se refiere a su donación caritativa, que se ve como un reflejo de la gracia de Dios actuando a través de ellos. Pablo enfatiza la importancia de cumplir con los compromisos, especialmente aquellos que benefician a otros y demuestran amor y unidad cristiana.
El contexto de este pasaje es crucial, ya que refleja los esfuerzos de la iglesia primitiva por apoyarse mutuamente a través de diferentes regiones. Los corintios habían expresado su deseo de ayudar, y Pablo los anima a cumplir esa promesa. Este versículo subraya la idea de que la generosidad no es solo un acto aislado, sino un compromiso continuo. También destaca el papel de líderes como Tito en alentar y facilitar la culminación de tales actos. En general, sirve como un recordatorio de la interconexión de la comunidad cristiana y la importancia de apoyarse mutuamente a través de actos tangibles de bondad.