En este versículo, Pablo aconseja a Timoteo que se mantenga alejado de mitos y relatos que no contribuyen al crecimiento espiritual. Estas "fábulas profanas y de viejas" se refieren a historias o creencias que carecen de fundamento en la verdad y pueden distraer del mensaje central del Evangelio. Pablo enfatiza la importancia de centrarse en lo que realmente importa: desarrollar un carácter piadoso.
Entrenarse para ser piadoso implica un esfuerzo intencional y disciplina, similar al entrenamiento físico. Requiere dedicación a la oración, el estudio de las escrituras y vivir los valores cristianos en la vida cotidiana. Esta búsqueda de la piedad no se trata solo de seguir reglas, sino de transformar el corazón y la mente para reflejar el amor y las enseñanzas de Cristo. Al hacerlo, los creyentes pueden evitar ser influenciados por enseñanzas falsas y, en cambio, crecer en su fe, convirtiéndose en testigos más efectivos para el mundo que los rodea. Esta guía es atemporal, animando a los cristianos a priorizar el crecimiento espiritual sobre las distracciones que pueden desviarles.