El encuentro entre David y Saúl en la cueva de Engadi es un momento crucial que revela el carácter de David. Mientras Saúl persigue a David, entra en la cueva donde David y sus hombres se esconden. En lugar de matar a Saúl, David corta un pedazo de su manto, demostrando su respeto por la unción de Dios sobre Saúl. Cuando Saúl se da cuenta de lo que ha sucedido, David lo confronta, mostrando su integridad y su decisión de no hacer daño al rey ungido. Este acto de perdón y misericordia no solo destaca la nobleza de David, sino que también subraya la importancia de confiar en Dios para la justicia en lugar de tomar venganza por su propia mano. Este capítulo es un poderoso testimonio de la fe y la ética en tiempos de adversidad.
1 Samuel capítulo 24
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