El reinado de Salomón comenzó con una serie de acciones decisivas para establecer su autoridad y asegurar su reino. Adonías, el hermano mayor de Salomón, se había declarado rey sin la bendición de David. Aunque Salomón mostró inicialmente misericordia, la ambición continua de Adonías amenazaba la estabilidad de su gobierno. Al ordenar a Benahía, un líder militar de confianza, que ejecutara a Adonías, Salomón hacía una declaración firme sobre su derecho al trono y la seriedad con la que protegería su reino.
Este evento subraya las complejidades del liderazgo y las difíciles elecciones que conlleva. Las acciones de Salomón no solo se trataban de poder personal, sino de asegurar la paz y la seguridad de la nación. En el contexto de la antigua Israel, donde las disputas de sucesión podían llevar a guerras civiles, la decisión de Salomón fue un paso hacia la consolidación de su reinado y la prevención de divisiones adicionales. Refleja el tema bíblico más amplio de la soberanía de Dios en el establecimiento de líderes y la importancia de seguir la guía divina en el gobierno.