Después de la victoria en el monte Carmelo, Elías enfrenta una nueva crisis. Jezabel, furiosa por la muerte de los profetas de Baal, amenaza con matar a Elías. Temiendo por su vida, Elías huye al desierto, donde se siente abrumado y pide morir. Sin embargo, Dios envía un ángel para alimentarlo y fortalecerlo, recordándole que aún tiene un propósito. Este capítulo resalta la humanidad de Elías, quien, a pesar de ser un gran profeta, experimenta miedo y desánimo. La intervención divina y el consuelo que recibe son un testimonio de la gracia de Dios. Al final, Dios le da una nueva misión: ungir a nuevos reyes y a Eliseo como su sucesor, asegurando que su obra continúe. Este capítulo es un poderoso recordatorio de que, incluso en momentos de desánimo, Dios está presente y activo en nuestras vidas.
1 Reyes capítulo 19
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